martes, 29 de agosto de 2017

Estreno de "Animales salvajes"

El 8 de septiembre estreno mi segunda obra de teatro, "Animales salvajes", en la Sala Nueve Norte de Madrid. Las funciones serán los viernes a las 22h. Para reservar las entradas, se puede contactar con la sala o bien hacerlo en AtrápaloOta y Kra son dos seres humanos que están encerrados en un zoo para que el público les contemple. Ota es un chico inocente que no sabe nada de la vida, ni siquiera ha visto antes a una mujer. Kra es una tipa dura nacida en cautividad que ha pasado por varios zoos antes de llegar ahí y solo piensa en escapar y vivir en el mundo exterior.

"Animales salvajes" es una tragicomedia que alterna momentos hilarantes, dramáticos y chocantes, basándose en una premisa inquietante: ¿cómo nos sentiríamos si nos encerraran en un zoo y estuviéramos expuestos a las visitas de miles de personas que te observan como si fueras un objeto? La idea se me ocurrió mientras estaba en el zoo de Madrid, sorprendido por el comportamiento de los visitantes. Algunos gritaban a los animales, les demandaban que hicieran algo con voces groseras, diciendo que habían pagado por entrar al zoo y los animales debían moverse. Ningún empleado del zoo dijo nada ni protegió a los animales de semejantes energúmenos. En ese momento me di cuenta de que los zoos son un invento cruel y miserable y que no volveré jamás a ninguno.




Estamos acostumbrados a su existencia, pero creo que los zoos son una de las formas más crueles, por sutiles, de maltrato animal. La coartada que esgrimen es que ayudan a la conservación de las especies, pero dudo mucho de que para ello sea necesario que les sometan a horas de exhibición al público. ¿Realmente puede un ser vivo estar encerrado en un recinto pequeño, demasiado pequeño comparado con su hábitat natural, expuesto a las miradas de un tropel de personas ruidosas que se creen con derecho a observarlo e incluso demandarle que actúe? ¿Quiénes son los verdaderos animales salvajes?



Este fue el punto de partida de la obra, aunque después la historia comenzó a desarrollarse y surgieron nuevas cuestiones. La crueldad humana no se limitó a encerrar animales en zoos, como aún podemos ver en nuestra época, sino que en otros momentos, no tan lejanos, llegó a tener a personas encerradas en zoológicos. Eran personas de otros continentes, de otras culturas, tratadas exactamente igual como tratamos a los animales en la actualidad, y el público pagaba por verlos. La historia de "Animales salvajes" ya no se limitaba a exponer los sentimientos de los presos del zoo animal, sino que daba voz a los presos humanos que hubo hace no tanto tiempo en lugares tan familiares para nosotros como el Retiro o el Tibidabo.



Finalmente, mientras escribía la obra, llegué a preguntarme si acaso no seamos todos presos en un recinto vital muy limitado donde nuestras acciones se rigen por unas normas que no hemos elegido y nuestro comportamiento es juzgado y manipulado por un público cruel y egoísta que se ampara en el anonimato. Sin pretenderlo, la historia se había complicado y tenía al menos tres lecturas diferentes. 

Quise escribir "Animales salvajes" mejor de lo que sabía. Por ello, decidí apuntarme a un taller de escritura para recibir nuevos puntos de vista y aprender de dramaturgos como Alberto Conejero o María Velasco. Así terminé de desarrollar y escribir esta obra y ahora por fin he conseguido que se pueda representar y que el público la complete con sus pensamientos, reacciones y emociones. Espero que os animéis a formar parte de esta aventura y compartáis vuestra imaginación con la mía ayudándonos a que Ota y Kra cobren vida durante 70 minutos. Para terminar, os dejo una foto de Ota Benga, que fue expuesto durante años en el zoo del Bronx de Nueva York. En su honor bauticé a uno de los personajes de la obra. ¿Podrías aguantar su mirada?



2 comentarios:

Xtina la bruxa dijo...

eres magistral! te conocí ya siéndolo, en aquel divertido curso de guiones que juntó nuestros destinos, pero cada día te superas a tí mismo y tus obras reflejan ese crecimiento. Te quiero. Te admiro. Enhorabuena por tu salvaje creatividad, que nadie ha podido encerrar! Personalmente, te agradezco que guíes a esta necesaria reflexión sobre lo que hacemos con ellos, nuestros compañeros de casa: los animales

Autor dijo...

Gracias por tus piropazos. Menos mal que te conozco y sé que los dices porque los piensas. Yo también te quiero, indómita y salvaje.

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