M & H

Eme y Hache tenían muy claro cuál era su sitio: la puerta de los lavabos. Eme sabía que su puerta tenía pestillo, y que detrás de ella había un cubo para compresas: Eme era una mujer, esa amiga que te sujeta la puerta cuando haces pis para que no te la abran de golpe y te pillen en bragas. A Hache no le importaba que su puerta no tuviera pestillo, ni que sus usuarios dejaran la tapa del inodoro levantada y llena de salpicaduras: Hache era un hombre, ese chavalote que mea de pie, silbando y sin preocuparse de lo que sucede a sus espaldas. 

Hasta que un día apareció por ahí el símbolo &, sinuoso como una serpiente, y empezó a meterles ideas nuevas en la cabeza. ¿Por qué Hache es hombre y no hembra? ¿Por qué tienes que ser fuerte, valiente, despreocupado, ligón y tantas otras cosas? Despreocúpate, abandona la servidumbre de ser un hombre. Sé hembra, hermana, hada, hecatombe, horquilla, hélice, hormiga, hábito, historia, huelga… Sé una hache infinita y llena de posibilidades. Y a Eme le dijo algo parecido, y Eme quiso dejar de ser mujer y madre, para ser macho, minero, marinero, muérdago, melanoma, murciélago, maricón, multitud, mística y maniobra y mil modalidades más de eme.

Así que Eme y Hache abandonaron para siempre la puerta de los lavabos y fueron felices en el paraíso de las letras puras, disfrutando de sus inagotables posibilidades. Incluso se rumorea que formaron una exitosa empresa textil junto con su salvadora & pero tal vez es una mera coincidencia. La verdad es que ahora, en el lugar que dejaron vacante Eme y Hache, habitan dos grafismos nacidos de la imaginación de un diseñador, que sueñan con haber sido flyer o cartel o logotipo, pero sólo sirven para que la gente pueda mear convenientemente catalogada según su género.



(Colaboración con el fancine "Ilustraciones 7" - Primavera 2009)