viernes, 2 de enero de 2009

Gordi: aventura en el parque


Coincidiendo con la publicación de la nueva entrega del fancine "Ilustraciones", aprovecho para publicar aquí el microrrelato con el que colaboré en el anterior número, "Cuentos infantiles".



“Gordi: aventura en el parque”

El primer día en el nuevo colegio iba a ser duro para Gordi, él lo sabía, como todo niño aficionado a los bollos y alérgico al deporte. También sabía que no debía llevar a clase el sacapuntas gigante que le había regalado su abuelo, pero a él, paradójicamente, le daba seguridad ese estuche extravagante donde cabía todo y además, sacaba punta de verdad.

Como esperaba, todos se metieron con él por gordo y por su sacapuntas. Gordi se había estudiado el DVD sobre el bullying que sus padres le habían comprado, así que aguantó el tipo estoicamente y esperó a la salida. Lo malo es que a la salida, le esperaban.

Los abusones empezaron a insultarle, a empujarle, a pedirle su sacapuntas, y Gordi no pudo sino echar a correr y adentrarse en el parque, aunque su abuelo le había advertido que era muy peligroso. Corrió con todas sus fuerzas y todos sus kilos a cuestas, hasta que perdió de vista a los abusones, y se paró a recuperarse entre unos arbustos. Casi estaba recuperado cuando, de pronto, salió un señor de la espesura, con una sonrisa abyecta, y un extraño y feo animal entre sus piernas. Gordi pensó que era un pavo o un gusano gordo, pero pronto se dio cuenta de que era el pito del señor, y enseguida recordó el DVD sobre pederastas que le habían comprado sus padres y supo que debía defenderse. Entonces entendió por qué había llevado a clase ese enorme sacapuntas de entrada ancha y final cortante.

Decidido, con un veloz gesto, le sacó punta a la grosera mascota del señor, que salió corriendo dando aullidos. Gordi también echó a correr despavorido y desorientado, pero no dejó de correr hasta que salió del parque, y llegó a su casa.

Estaba orgulloso: había conseguido salir indemne de todos los peligros. Aun así, se acercó a la tele y puso el DVD que no había querido ver aún: “Obesidad infantil”.Y mordiendo una manzana, comenzó a completar su educación, no porque le molestara estar gordo, sino porque a veces en la vida hay que estar preparado para echar a correr.







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