Tengo una novia nueva. Es fea de cojones. Se llama Realidad.
A veces me escapo de ella y me refugio en amantes fantásticas pero efímeras. Cuando vuelvo de mis escapadas, Realidad está siempre ahí, esperándome.
Realidad no es fácil, ni complaciente. Es difícil de ver y de soportar. Es muy complicada, voluble y tozuda. Muchas veces es verdaderamente desagradable. Todo esto lo compensa con un sentido del humor muy oscuro y fugaces momentos de resplandor, juegos de azar y poesía eufórica.
Estoy intentando aprender a amarla, aunque tengo la sospecha de que si un día lo consigo, Realidad me abandonará para siempre.
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