Querido blog:
No creas que te he abandonado. Nunca lo haría y lo sabes. Siempre volveré a ti. Pero tus sospechas son ciertas: hay otros proyectos. Tengo que confesarlo. Y ese es el motivo de que últimamente no estemos juntos tanto como antes. Siempre hemos contado con ese gran inconveniente: ese contrato que sólo nos deja un tiempo furtivo para encontrarnos a escondidas. Pero ahora no eres el único que ocupa ese tiempo.
Tranquilo, querido blog. Tus competidores son efímeros. Tú siempre estarás ahí, y yo volveré siempre a ti mientras me quede algo de vida, y aun después... Aun después pienso publicar un par de posts póstumos con mis dedos fantasmales. Pero ahora... esperame, ¿quieres? Espérame, que volveré.
Tuyo para siempre,
M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario